Será en colores con audio y video. Cada vez habrá más obras para los equipos.
Por: Ricardo Braginski
Era sólo una sofisticación para los fanáticos del mundo tech, un rebuscado "gadget" que apenas despertaba cierta curiosidad. Sin embargo, algo pasó en los últimos meses. Desde que la librería online Amazon lanzó su propio libro electrónico, el futuro de golpe aceleró sus pasos. Las ventas de e-books baten récords en los Estados Unidos y los principales laboratorios apuran sus planes de desarrollo para que estos dispositivos terminen de redefinir para siempre la forma en que nos conectamos con la lectura.
Por: Ricardo Braginski
Era sólo una sofisticación para los fanáticos del mundo tech, un rebuscado "gadget" que apenas despertaba cierta curiosidad. Sin embargo, algo pasó en los últimos meses. Desde que la librería online Amazon lanzó su propio libro electrónico, el futuro de golpe aceleró sus pasos. Las ventas de e-books baten récords en los Estados Unidos y los principales laboratorios apuran sus planes de desarrollo para que estos dispositivos terminen de redefinir para siempre la forma en que nos conectamos con la lectura.
¿Por qué este renacimiento de la lectura en bits? Hay motivos tecnológicos y también culturales. Desde lo tecnológico, el impulso lo dio el equipo de Amazon. Se llama Kindle y trajo una muy festejada innovación: se conecta en forma inalámbrica (a través de la red de telefonía celular 3G) a un sitio desde el que se puede descargar cualquier obra de su catálogo por 10 dólares. En menos de un minuto el título está a disposición, sin PC ni cables de por medio y en cualquier lugar de la casa o la ciudad.
Desde lo cultural es mucho más sencillo. Hay una nueva generación de consumidores de contenidos editoriales, cada vez más ligados al mundo digital y a los contenidos web que al tradicional mercado del papel.
El repentino éxito de esta nueva tecnología está produciendo un profundo revuelo en el mundo editorial, que tiembla de solo reflejarse en lo que le pasó a la música tras la irrupción de lo digital. Y eso que dispositivos como el de Amazon son apenas la prehistoria de los e-books que vendrán en los próximos años.
Lo que viene son equipos con pantallas a color y capacidad multimedia (audio y video). Desde el diseño, serán cada vez más livianos y lo suficientemente flexibles como para enrollarse y guardarse así nomás, sin más trámite, en cualquier bolsillo. Casi como un libro de papel.
Este año saldrán los primeros e-books a color. En una primera etapa serán en blanco y negro, con un filtro rojo, azul y verde que dará sensación de color. Hacia mediados de 2011 llegarán los dispositivos de nueva generación, ya full color. "Estamos trabajando en esta línea. En 2011 presentaremos nuestro libro a color, ultraliviano y capaz de subir material a Internet", confirmó a Clarín Karel Byloos, ejecutivo de la holandesa IREX Technologies.
Para el audio y el video habrá que esperar. El problema radica en la duración de la batería. Es que el contenido multimedia demanda mucha energía y ningún libro electrónico es viable si obliga al usuario a cargar el equipo cada dos por tres. El Kindle de Amazon, por ejemplo, puede durar hasta cuatro días seguidos de lectura intensa sin necesidad de una recarga. Y eso, aseguran, es una de las claves de su éxito.
Otra holandesa, Polymer Vision, ya está vendiendo un e-book con pantalla flexible. Fue el primer intento tecnológico, aunque por ahora no tuvo demasiado éxito comercial. Se esperan nuevos proyectos para los próximos años.
Pero además de lo estrictamente tecnológico, el segundo gran impulso a estos dispositivos lo está dando la gran cantidad de títulos que ya están disponibles en formato electrónico.
Grandes librerías, empresas tecnológicas, universidades y otras tantas organizaciones ligadas al mundo editorial se lanzaron a digitalizar cuanto libro pueden, con la idea de que quien llegue primero al público masivo habrá dado el principal paso hacia el éxito.
Así, se suceden distintas alianzas entre los jugadores del naciente mercado. Hace unos días, Barnes & Noble -la otra megalibrería de los Estados Unidos-, presentó su propio servicio de venta online de libros. En este caso, junto al gigante de Internet Google, que desde hace años viene digitalizando libros, a través de su servicio GoogleBooks. Prometen vender títulos digitales para todo tipo de dispositivos y no sólo para uno, como en el caso de Amazon con su Kindle. "Google ya digitalizó 10 millones de obras. Nuestro objetivo es que sean los propios editores los que pongan el precio a esos títulos y no una sola empresa como Amazon. Llegamos a un acuerdo con editoriales para que el 70% de las ganancias queden para ellos y 30% para Google, en el caso de los libros que estén bajo derecho de autor", dijo a Clarín Daniel Helft, de Google Argentina.
Y hay otras experiencias -no comerciales- de digitalizació n de libros, como la Biblioteca Digital Mundial -apoyada por la Unesco- que ofrece reliquias culturales de todas las bibliotecas del planeta.
No suena ilógico imaginar que, en algunos años, con un e-book en las manos tendremos acceso a una biblioteca casi infinita, al estilo de la que imaginó Borges.
Los desafíos son tecnológicos, culturales y de modelos de negocio. Algunos analistas creen que el mercado terminará de consolidarse cuando surja un dispositivo que "enamore", ligado a un servicio eficiente y amplio de venta de títulos. Algo similar a lo que fue, en sus inicios, el iPod y el iTunes en la música digital.
Por eso, se espera con ansias lo que hará Apple, que está preparando un dispositivo al estilo iPhone que, entre otras funciones, leerá libros electrónicos. El fin de semana pasado se conocieron algunos detalles del equipo, que podría estar vinculado a un servicio en el que también participe Barnes & Noble, según el Financial Times.
Como sea, todo está listo para que de prehistoria, el libro electrónico empiece a escribir definitivamente su propia historia.
Fuente: Javier Areco de la lista ABGRA
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